El mundo se crea en el lenguaje
Pörksen: Su ejemplo clave pertenece al ámbito de las relaciones humanas. Pero de hecho, muchos otros seres vivos se comunican entre ellos y también con otras especies. ¿También usan lenguaje? ¿O sólo los seres humanos tenemos habilidad lingüística?
Maturana: Según el estado actual del conocimiento, hay que decir que sólo nosotros los humanos vivimos en el lenguaje. Cuando nos preguntamos si existen otros seres que viven en el dominio lingüístico, lo hacemos necesariamente mediante el lenguaje o lenguajeando, vale decir, viviendo en el lenguaje. Y también cuando nos ocupamos de problemas como la posibilidad de una realidad independiente del observador, necesitamos lenguaje para elucubraciones de este tipo, lo que es, por lo demás, la razón de por qué estas elucubraciones y declaraciones de existencia no tienen ningún sentido.
Pörksen: Pero ¿cómo describirla entonces las extrañas danzas de las abejas? No cabe duda que aquí también observamos una orientación reciproca: según la explicación habitual, las abejas se informan en qué dirección conviene volar, qué árbol tiene buenas flores, dónde hay más néctar, etc.
Maturana: Es evidente que las abejas coordinan sus conductas. Pero la pregunta decisiva es si también coordinan la coordinación de coordinaciones conductuales, es decir, si aquí se encuentra el fenómeno de la recursión. ¿Le indicará una abeja a otra que lamentablemente voló en la dirección equivocada? Si realmente fuese así, también habría que entenderlas como seres que viven en el lenguaje.
Pörksen: Usted mismo, si le entiendo bien, parece concentrarse sobre todo en los efectos de una expresión para captar la esencia de lo lingüístico. En cambio, normalmente al hablar de lenguaje no se está pensando en una serie de coordinaciones conductuales coordinadas, sino en un sistema de signos que sirve para la comunicación. Se trata del significado de los signos (semántica), de la forma de construir palabras y frases (léxico y sintáctica), y del uso certero y adecuado de estos conceptos, palabras y frases (pragmática). Vuelvo a mi pregunta: ¿Qué es lo especial de su concepción del lenguaje?
Maturana: Lo decisivo es que en esta coordinación de coordinaciones conductuales se evidencia una recursión, una operación cíclica que se aplica cada vez a las consecuencias de su aplicación anterior. ¿Por qué me parece tan importante este punto para la comprensión del lenguaje? La respuesta es que cada vez que observamos recursión aparece algo nuevo, cada vez que ocurre una operación cíclica de esta naturaleza resultan fenómenos novedosos.
Pörksen: ¿Podría ilustrar con un ejemplo este efecto especial de la recursión?
Maturana: Si usted solamente mueve las piernas como si caminara, nadie que lo esté viendo diría que está caminando y avanzando. Quizás dirán que está haciendo pantomima. Pero cuando con cada movimiento de sus piernas también ocurre un desplazamiento, todos se darán cuenta que está caminando o corriendo. Eso significa que el fenómeno del caminar aparece en el momento exacto en que el movimiento cíclico de sus piernas se combina con la traslación lineal de la superficie específica que sus pies tocan en cada instante: un movimiento construye sobre el anterior, el simple movimiento de piernas se transforma en una recursión, y se encuentra caminando.
Pörksen: ¿Qué significa este interés por la figura de la recursión para la comprensión del lenguaje?
Maturana: Afirmo que cuando nos encontramos con una coordinación recursiva de la conducta, o sea una coordinación de coordinaciones conductuales, se genera algo nuevo: lenguaje. Con éste aparecen también los objetos, por ejemplo los taxis de este mundo. ¿Qué es lo que define un taxi? Sostengo que el llevar y transportar pasajeros es lo decisivo, o sea en el fondo un hacer, una operación. Vale decir que se originan objetos (como taxis) como signos para coordinaciones conductuales, que ocultan y enmascaran el actuar que coordinan.
Pörksen: ¡Qué ventaja tiene este novedoso enfoque del lenguaje que propone?
Maturana: Queda en evidencia que el lenguaje no constituye un instrumento de transmisión de información ni sistema de comunicación, sino una manera de convivir en un devenir de coordinación de coordinaciones conductuales que no contradice el determinismo estructural de los sistemas interactuantes. Y el que entendió eso entiende también que el origen del lenguaje no está en los signos, sino que al contrario, el lenguaje constituye el origen de los signos; todo se da vuelta. Volvamos por un momento al ejemplo de la concertación de nuestra entrevista que abrió nuestra discusión sobre la interacción de sistemas y el fenómeno del lenguaje. En nuestra conversación telefónica que precedió su viaje a Chile no se trató de una transmisión de información de Hamburgo a Santiago o de Santiago a Hamburgo; el resultado decisivo de esta interacción fue y sigue siendo que dos sistemas estructuralmente determinados – Bernhard y Humberto – lograron la coordinación recursiva de sus conductas, la coordinación de coordinaciones conductuales. Y ahora estamos aquí sentados.
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