Entender que es responsabilidad

Pörksen: ¿En qué sentido son autónomos los seres humanos? ¿Seguramente no sería del todo correcto hablar aquí de una libertad absoluta?

Maturana: En el dominio humano, autonomía significa conservar algo que es constituyente de uno. El libre albedrío es otra cosa, es una experiencia humana que requiere reflexión. En rigor, no existe libertad. En el sentido estricto, no existen alternativas ya que cada acontecer y hacer resulta de la compatibilidad con las coherencias estructurales del momento. Sin embargo, a una persona que no conoce estas coherencias estructurales aparentemente a cada rato se le ofrecen alternativas de conducta: por ejemplo, Llega a un cruce y tiene que decidir qué camino tomará. Tiene dos opciones que estima idénticas porque no sabe cuál es el mejor camino, cuál es el que debería tomar en realidad. En esa situación, primero tiene que crear una diferencia y aprender a ver a los dos caminos como distintos para poder elegir. Quizás tire una moneda y de esa manera dé espacio a los procesos que señalan una diferencia, lo que le permitirá elegir de acuerdo con la coherencia estructural del momento.

Pörksen: Usted dice que los seres humanos también son determinados estructuralmente; si bien son autónomos, no por eso son libres. ¿Pero cómo puede usted, si enfatiza tanto el momento del determinismo, hablar de responsabilidad de una manera que haga sentido? Mi tesis es que sólo el que se entiende a sí mismo como libre puede tomar la responsabilidad de su actuar.

Maturana: Totalmente correcto. Los sistemas vivos no pueden actuar responsablemente, no tienen fin ni objetivo, simplemente viven en el devenir de la existencia. Sólo los seres humanos son capaces de tomar responsabilidades en el dominio relacional, porque existen en el lenguaje: tienen la capacidad de describir un determinado acto como responsable. Es el lenguaje lo que les posibilita y permite distinguir y reflexionar sobre las consecuencias de un acto para otros seres vivos. La preocupación por el otro se hace presente de este modo, y nace así la posibilidad del actuar responsable.

Pörksen: Pero eso presupone el libre albedrío. El que quiere actuar éticamente necesita tener la libertad de elegir y decidir de forma autónoma. Insisto: su concepto clave del determinismo estructural, y su concepto especial de autonomía ¿no le comprometen a rechazar la idea de la libertad y con eso la posibilidad de actuar responsablemente?

Maturana: La experiencia de optar y decidir que tenemos los seres humanos no se contradice con nuestra determinación estructural; el ser humano siempre seguirá siendo un sistema estructuralmente determinado, sin embargo, desde la perspectiva que se le abre en un metadominio, puede tener la experiencia de tener opciones. Entonces se encuentra en otro dominio, pero siempre operando como sistema estructuralmente determinado. En todo caso, esta experiencia de opción entre varias alternativas es algo específicamente humano que presupone lenguaje: el que opta tiene que ser capaz de observar y comparar al menos dos situaciones aparentemente iguales y luego cambiar su perspectiva de una manera que le permita percibir una diferencia entre estas situaciones o hechos. Primero uno percibe algo idéntico, luego está bloqueado. El cambio de perspectiva y posición permiten considerar lo idéntico como algo distinguible, y luego – de acuerdo con las propias preferencias y modo de vida – uno puede moverse y preferir alguna de las posibilidades y negar las demás. Ya que en este proceso se trata de un acto intencional de seres vivos que viven en el lenguaje, desde el punto de vista del observador es posible llamarlo una elección.

Pörksen: ¿Eso significa que recién la metaperspectiva permite identificar un acto como acto de optar y decidir?

Maturana: Sí, exactamente. Recién desde esta perspectiva es posible caracterizar algo como elección y decisión entre varias opciones. Se trata de una operación en un metanivel, basada en la capacidad de usar el lenguaje y tomar conciencia de un hecho y sus consecuencias. Y en este acto de toma de conciencia, los fenómenos con los que uno tiene que ver, se transforman en objetos de contemplación: se toma una forma de distancia que no se tiene cuando se está totalmente inmerso en la situación y en las propias actividades. Ahora, si uno quiere y lo encuentra adecuado, puede describir un acto como responsable o irresponsable.

Pörksen: ¿Podría graficar estas consideraciones con un caso concreto?

Maturana: Hace algún tiempo dio la vuelta al mundo la noticia que un niño, que estaba navegando con su madre de Cuba a Miami en una pequeña embarcación, fue salvado por delfines. Por alguna razón el bote naufragó y la mujer se ahogó. Pero el niño fue salvado de ahogarse por un grupo de delfines que le ayudaron a permanecer a flote y finalmente ser rescatado. Nosotros, que vivimos en el lenguaje, podemos describir como responsable lo que estos delfines hicieron. Por todo lo que hoy sabemos, los delfines no tienen la capacidad de comentar sus actividades de este modo ni de conversar acerca de lo que pasó entre ellos y el niño que flotaba en el mar. Pero nosotros estamos en condiciones de hablar sobre la relación entre estos animales y el niño porque operamos en el dominio del lenguaje, lo que nos permite hacer comentarios. Podemos caracterizar lo que sucedió aquí como un esfuerzo por mantener al otro con vida. Desde esta metaperspectiva, la actividad de los delfines aparece como un acto responsable.

Pörksen: Entonces, actuar responsablemente significa ocuparse del otro, y además observar y clasificar lo que vale el propio actuar.

Maturana: Exactamente. Significa estar consciente de las circunstancias de cada momento y considerar las consecuencias de los propios actos. Preguntarse si se quiere ser el que se es haciendo lo que se está haciendo. Al momento de la autobservación desaparecen las certezas y seguridades que se tienen cuando se actúa de forma irreflexiva. Cuando gracias a la operación lingüística se ha generado una forma de ver y una conciencia que permite la observación, entonces en el paso siguiente se actúa de acuerdo con las propias predilecciones y preferencias, y con la responsabilidad correspondiente. Y si un paso más allá la persona se esfuerza por descubrir si aprecia y quiere mantener sus predilecciones y preferencias, entonces es libre. ¿Me gustan mis predilecciones? ¿Me gusta la elección que acabo de hacer y de la cual acabo de decir que me gusta y que corresponde a mis deseos? En ese momento de reflexión de la propia elección se experimenta la libertad, a pesar de que por supuesto se sigue actuando como sistema estructuralmente determinado.

Pörksen: Insisto: ¿cómo puede un sistema estructuralmente determinado sentirse responsable de las consecuencias de sus propios actos? Si no puedo dirigir e influenciar directamente a otros, los efectos de mis actividades se vuelven completamente incalculables. Entonces me veo enfrentado a una paradoja de la responsabilidad, ya que supuestamente soy responsable de algo cuyas consecuencias son impredecibles: alguien que quiere hacer el bien, quizás gatille algo terrible (y al revés).

Maturana: El concepto de la responsabilidad tiene varios significados; algunos autores entienden bajo responsabilidad el deber de hacerse cargo de todas las consecuencias posibles de un acto. En este caso, responsabilidad significa causalidad. Para mí, en cambio, actuar responsablemente es una cuestión de conciencia. Un individuo hace o deja de hacer algo, estando consciente de las consecuencias posibles y deseables del propio actuar. Desde esta perspectiva, las consecuencias de una acción no necesitan ser calculables y planificables hasta sus últimas ramificaciones, también pueden aparecer consecuencias que después a uno le parecen indeseables. Desde mi punto de vista, ser responsable simplemente significa encontrarse en un determinado estado de atención y alerta: las propias acciones y los propios deseos coinciden de un modo reflexionado, eso es todo.

Pörksen: ¿El concepto de responsabilidad no tiene que ver, para usted, con la idea de poder planificar las consecuencias de un acto?

Maturana: No se trata de eso. Planificar algo significa imaginarse formas y modos de lograr cierto resultado, y en seguida, adecuar los próximos pasos a seguir a este resultado imaginado. Pero las eventuales consecuencias no tienen que ocurrir necesariamente, y quizás estén sólo en la fantasía de alguien. Lo decisivo es que la persona que hace estas consideraciones vive responsablemente, actúa con conciencia de las posibles consecuencias de sus actos. Es responsable de lo que dice y hace. Pero no se le puede hacer responsable por lo que otros hagan con lo que él dice y hace.

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