VII. CARRERA DE UNA IDEA

Un concepto se pone de moda

Pörksen: Usted reservó el término de la autopoiesis estrictamente para la definición de lo vivo, pero hoy, sus consideraciones también son usadas en el sentido de una teoría social, para describir la sociedad. Hoy, todo – las ciencias, el periodismo, el fútbol y la familia, el arte y la política, la sociedad completa, etc. – es algún sistema autopoietico que vibra por ahí según sus propias reglas y dentro de sus propios límites.

Maturana: Cierto. La gente me admira y me quiere mucho como el inventor del término y concepto de la autopoiesis, especialmente cuando no estoy ahí para contarles lo que en verdad dije. Pero apenas me aparezco, señalo para qué dimensión reducida se aplica el concepto según mi modo de ver, y cuál es el problema que resuelve. Hace algunos afros, por ejemplo, me invitaron a un congreso de la London School of Economics sobre el tema de si los sistemas sociales pueden entenderse como autopoieticos. La discusión duró tres días completos, y al final me pidieron que dijera algunas palabras de cierre. Dije: "Estos tres días, durante los cuales he seguido sus reflexiones y discusiones, me han llevado a una pregunta. La pregunta es: ¿Qué características tiene un sistema social que justifique el tema de este congreso y nos plantee el problema si ha de clasificarse como autopoietico o no?".

Pörksen: Usted propone empezar a pensar desde otro ángulo: primero hay que entender lo social, antes de describirlo más precisamente con un término prestado de la biología.

Maturana: Exactamente. Si se usa el concepto de la autopoiesis para explicar fenómenos sociales, estos se pierden de vista. La atención se fija en el concepto de la autopoiesis. Por supuesto que puedo estudiar el tema si la casa donde estamos en este momento, es un sistema autopoietico. Pero el tipo de tema condiciona inevitablemente que lo que guiará mis reflexiones, serán las características de un sistema autopoietico. En cambio, si me pregunto qué es lo que, en el fondo, constituye la entidad de una casa, y si sus características corresponden al concepto de la autopoiesis, tendré la libertad de analizar e investigar. Entonces quizás descubra que es imposible o, por el contrario, que hay que describir las casas como autopoiéticas. ¿Quién sabe?

Pörksen: Pero, ¿no es un juego intelectual fascinante concebir a una sociedad como un conjunto de células gigantes que funciona autopoiéticamente? Una de estas células gigantes, podríamos decir, esta formada por los medios, otra por la política, otra se constituye por el sistema de la economía, las ciencias, el arte, etc.

Maturana: Por supuesto que en una comunidad de artistas se crean obras de arte, por supuesto que ahí se habla de arte, se piensa en arte, pero ¿se trata por eso de autopoiesis? ¿Qué es lo que se produce aquí, en qué dominio y de qué modo? Sin duda, en estos diferentes sistemas sociales que acaba de nombrar podemos encontrar dimensiones de autonomía, pero no son organizaciones autopoiéticas. Sólo puedo repetir que la autopoiesis se refiere a una variante de la autonomía entre muchas otras. Ambos términos tienen que ser distinguidos estrictamente.

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